La locura de la ultima semana

Pucha, quien se sabe que el tiempo iba a volar asi y que ahora me queda una semaanita más en Valdiiva. Los siguientes son los planes que tengo. Al principio, tengo ganas de irme a Temuco, tres horas al norte, donde me voy a quedar con la Maria Cristina, una amiga de Don Carlos, y sus hijos. Debe ser interesante e igual puedo pasar tiempo con Jeff, y conocer un poco de Temuco, y tal vez una escuela mapuche, lo cual sería bacan. Además, si me queda el tiempo, me gustaría irme a Pucon una vez más y probar el centro de esqui. Desde alla me voy hacía donde me lleva el viento, o, es decir, a Santiago, para dejar la mochila (la roja grande) y encontrar algunos esquis y boletos para esquiar. Después, voy al norte de Santiago para conocer al Portillo, el centro de esqui más conocido aca en Suramerica, y además al Colorado y La Parva y El Valle Nevado si los precios y el tiempo me pertencezcan. Al final, me voy a Valparaiso y Viña del Mar para conocer, y espero que pase tiempo con la Carla (la amiga de la Ayleen) y el 17 de julio me voy de Chile. Como dije, estoy ambos listo y no estoy listo para irme de Chile, entonces ojála que cuando venga el 17 y he gastado suficiente la plata (oh que lata) me estaré listo 100%.
Bueno, esta semana me parece ser un poco loco en que tengo mucho para hacer. Ayer fue bastante tranquilo, hablé con mi madre y terminé el trabajo para mi clase de Lengua y Cultura Mapuche, y corrí. Hoy pasé todo el día en Calfuco mediendo las jaivas con Juan Pablo (Jota P), la Paola, y el Mario. Tuvimos pollo y arroz para el almuerzo, y casi no alcanzamos el bus porque el bus que iba a llevarnos a Valdivia tenía problemas, entonces tuvimos que tomar el bus Curiñanco, y esta vez no tenía una viejita con una gallina en una bolsa a mi lado cuando la otra. Mañana, tengo clase todo el día, y por la noche me parece que vamos a salir con el Cristian y la Ayleen. El jueves, necesito correr, y ojála que logre que terminar el trabajo para Middlebury sobre los Chicago Boys. Si no hay que hacerlo el viernes. Por la tarde el jueves vamos a tener unas onces colombianas con Ervin y la Diana, arepes, se llaman, y estoy emocionado para eso, aunque recién la Diana ha estado un poco fome, y su misantropía me afecta, y a veces es demasiada amarga y lúgumbre. De todos modos, no quejo mucho porque me queda tantos pocos días que casi me siento que ya he salido. El viernes hay que terminar la juea y despedir al Allen, quien se va al norte por bus hasta Arica, más que 36 horas (que cagada). El sábado vamos a tener un asado para celebrar, y el domingo me voy a Temuco. Asi es el plan.
Además, quiero comentar un poco cerca de las experiencias que tenía el fin de semana pasada. En primer lugar, el trabajo que tenía que hacer era para entrevistar a un mapuche. El problema era que no sabía como empezar de buscar ello. Por lo tanto, le pregunté a Maurizio, un chico en nuestra clase de energía, y él me dijo que conocía algunos mapuches que vivian cerca, y me dijo que podía llevarme a conocerlos. Entonces, aunque ibamos a irnos el viernes, fuimos de repente el sábado a las cuatro, y no lo encontrabamos porque había WE Tripantu, la celebración del año nuevo mapuche. DE todos modos, entrevisté a una mujer mapuche se llama Leonila, quien fue re extraña pero igual me servía. Hablabamos, mucho sobre la agronomia de los mapuche (porque Maurizio estudia la agronomia) y un poca sobre la vida de ella, y su cosmovision y otras cosas. Aunque sólo tenía menos que dos páginas de notas, y algunos recuerdos sobre pensamientos y lo que sea, escribí ocho peaginas de la historia de vida, aunque de repente hinché un poquito las frases y ideas para expandirlas y agregar más texto. Ella no hablaba mucho acerca de los temas que le planté, pero algunos de sus pensamientos y expresiones y ideas eran re profundas, entonces desde ellas podía elaborarse. Después, su hermano, el Francisco Manquicheo nos invitó a una otra celebración del We Tripantu, y fuimos aunque estuvo un poco incómodo porque yo nisiquiera soy chileno, y descollamos de la gente, que nos trataron tanto con respeto como miedo y inquietud. Salimos después de poco rato y fuimos a su casa en Corcolen, donde conocí a su madre y tia, quienes me explicaron que hacen tejidos que aprendían de una mujer mapuche y también cocen botas para los niños chicos. También me alimentaron mucho, y después regresamos a Valdivia (mientras hablabamos sobre las semejanzas y diferencias entre los chilenos y estadounidenses, y nos llegamos a la conclusion que somos todos nosotros che (de la palabra mapuche, o gente de la tierra) y que, al final de cuentas, todos tienen el mismo ADN y sangramos la misma sangre, y hay tantas cosas que son intermezclados entre no solamente la cultura chilena y la estadounidensa pero además la cultura mapuche igual. Todos nosotros en realidad son los mismos, y aunque hay escalas de economía y lo que sea nos acercamos muchismo más que yo teneia entendido. Hay que mencionar que también hablabamos acerca del tema de Tae Kwon Do y otras cosas, y Maurizio estaba fumando la ....lo que tal vez tiene que ver con el tema de la conversación.
El domingo también fue re interesante. Fui con la Dylan, la Jill, el Allen, el Jeff (recién llegado de Temuco)y la familia chilena de Dylan al campo (cerca de Corcolen, se llama Los Lagos) donde conocimos a una familia que está amiga de la Jackie. Alla, la madre fue re amorosa y me preguntaba varias veces si me quedo con ella, y creo que me habría aceptado, por si acaso hubiera tenido ganas quedarme. Comimos una comida tan exquisita de pollo, empanadas, carne asada, ensaladas, papas, vino, y una torta super grande para el postre. Tenía el ombligo borrado de ser tan lleno de comida. Después, caminamos en el bosque nativo valdiviano de alerce y otras, y fuimos a un salto. Esta familia era tan amorosa, y no trataron muy bien. Después, aprendi una cueca en forma super breve, y nos sentamos en la casita comiendo la torta, mientras Jeff y el padre chileno tocaron la guitarra. Fue re chistos, divertido, y interesante a ver el choque y a la vez comparto de culturas tan fuerte. Abrí mis ojos a la generosidad, otra vez de los chilenos, en contraste con las familias estadounidensas.
Bueno, he escrito tanto hoy sin intentar hacerlo, asi que les voy a dejar alla y nos comunicamos más rato. Cachi? No vemos, que les vayan bien.